5.17.2006

TEENAGER WARS: PSEUDO CORTÁZAR STRIKES BACK!

¡Allí está de nuevo! Lo veo asomando por el borde de mi subconsciente, seudo-Cortázar ataca otra vez. Mi complejo de “auto-insuficiencia” no para. Me vuelvo a encontrar a mi mismo estrujándome para escribir algo que como mínimo suene bonito... es verdad, todos queremos ser escritores. Ahora resulta que me siento mal por no poder salvar el mundo... ¡Tao, por la chucha, tu originalidad me mata! Bueno, pero es que no es tan simple... hueón, todo el mundo piensa “es que no es tan simple”... el punto es que yo sí creo que puedo hacerlo, y que, por sobre eso, no quiero. Creo que mi adolescencia estúpida (que, por la rechucha, ya debería estar acabando) me ha llevado al punto de inhibir mi voluntad. La voluntad lo es todo. La voluntad es “El Verbo”. Dios es un hueón como cualquiera de nosotros, solo que se pasa una cantidad de rollos inimaginables. La mente es una hueá que chorrea, estoy convencido de ello, y que de vez en cuando mancha el entorno... fíjense algún día, en la calle, conversando con alguien, estoy seguro de que todos pueden comprobarlo. Aquél afortunadísimo accidente con aquella, la frágil, estoy seguro que lo demuestra. Es extraño, tengo ganas de acometer alguna genialidad... sí, una de esas de por ahí, que no tiene razón de existir, y que sin embargo, son más coherentes que toda nuestra civilización (lo cual tampoco es un gran logro.) Peor al mismo tiempo, me ocurre que no tengo ni una prostituta gana de pensar, ni de esforzarme... para variar. ¿No les parece terrorífico? La otra vez me llegó una pelota de tenis en el hocico... y no lo había visto de esta forma, pero... tengo miedo de que en la vida me suceda eso. No quiero llegar a los treinta años, casado, fracasado, consumido, y descubrir que la gran pelota de la mierda mental y la idiotez me impactó en toda la jeta siendo que la vi venir de tan lejos. Ahí viene, por la cresta, se ve, claramente, su trayectoria es prolija, su impacto será crítico, lo único que debo hacer para esquivarla es mover la cabeza ligeramente hacia un lado... de tanto calentarme el cerebro creyendo que intento hacerlo, termino quedándome más quieto que Steven Hawkins, y ni siquiera, porque ese hueón se mueve más que la cresta... Ya, es fácil mover la cabeza, es verdad, pero eso también sería un fracaso, porque la hueá es más o menos así: todos estamos en fila, y la gloriosísima cultura posmoderna viene a toda velocidad, con más peso que un milímetro cúbico de hoyo negro, golpeando en el rostro a todo los hueones de la fila. Algunos hueónes miran el techo y no cachan ni una, hay hueónes que miran al piso, y cachan aún menos, estoy yo... que para bien o para mal, veo venir la pelota, veo como va cagando a todos, uno por uno, veo claramente la posibilidad de que se eche la fila entera. Veo, además, como ciertos hueones astutos esperan a la susodicha pelotita... con un bate... ¡¿ahí está la hueá, porqué no se me ocurrió antes?! Quizás porque en el fondo te importa una huea incluso si te llega o no en el hocico... en fin, no es para nada una buena metáfora... pero no importa, algo así es la hueá... ok, ok, no lo es, lo siento, tomé la terrible decisión de frenar la censura a nivel de mi sinapsis (loreelo en www.escribaeltituloaqui.blogspot.com), por lo tanto, si quieren leer este blog regularmente, acostúmbrense a la idea de que habrá mucha basura, porque ni siquiera para pensar soy ni limpio ni ordenado (lo cuela supongo que en verdad no es tan poco común.)